Cuando Hacienda se decidió a inspeccionar Terra Mítica descubrió una trama en que 16 empresas contratistas emitieron facturas hinchadas o falsas por trabajos con coste menor o nunca realizados. La Agencia Tributaria situó el fraude entre 1999 y el 2000, durante la construcción del parque. La cifra defraudada fue de 14 millones y la inspección halló irregulari-dades en el pago del IVA y del impuesto de sociedades.

Según la denuncia interpuesta ante el TSJCV, las 16 empresas actuaban en connivencia con la dirección del parque, dirigido entonces por el hombre de confianza de Zaplana y exdirector de otro de los grandes proyectos del entonces presidente de la Generalitat: la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Junto a él y dirigiendo las obras, estaba el cuñado del presidente, Justo Valverde. Como contratista principal aparecía Vicente Conesa. Todos ellos declararon como imputados.

El resto de implicados decían que temían acabar pagando, en medio del escándalo político, por una trama presuntamente urdida por la cúpula de Terra Mítica y Conesa. Entre ellos están los dos empresarios grabados por los diputados socialistas, que buscaron amparo en los políticos para minimizar sus daños en lo que apunta a un arreglo extrajudicial. Al final, el juez archivó el caso porque Hacienda no dio audiencia previa a los investigados antes de denunciarlos.