A principios de este año, el 10 de enero, se realizaron otras dos importantes operaciones en las que se detuvo a 20 personas en Barcelona, Madrid y Guipúzcoa, la mayoría de ellas marroquís.

Una gran célula instalada en Vilanova i la Geltrú (Barcelona) servía, según los investigadores, como centro de captación, reclutamiento y apoyo logístico y económico para las redes de envío de terroristas suicidas a Irak.

El dinero que recaudaban lo utilizaban para financiar las actividades del Grupo Islámico Combatiente Marroquí en Europa, para lo cual disponían de una red de "negocios pantalla".