La Audiencia Nacional impuso ayer 75 años de cárcel a los etarras Aitor Olaizola y Eider Pérez por haber asesinado, en marzo del 2001, al mosso d´esquadra Santos Santamaría con la colocación de un coche bomba en un hotel de Roses (Girona). Los jueces les castigan con la máxima pena por su "vileza y cobardía".

El tribunal señala que los etarras --condenados por pertenecer a ETA en el 2004-- querían causar el mayor daño, ya que tenían "un evidente ánimo de matar". El agente murió porque la bomba estalló antes de la hora anunciada por la banda.