José María Aznar reclamó ayer, con renovado brío, la inclusión de una referencia a la herencia cristiana en la futura Constitución europea. Aunque su cruzada sólo la apoyan de modo abierto Irlanda, Polonia y, con vacilaciones, Italia, el presidente español dijo tener conocimiento de que "hay muchos dirigentes que piensan lo mismo, pero les da vergüenza decirlo". "A mí no", apostilló.

Aznar justificó su ofensiva a favor de las referencias cristianas en la Constitución de la UE en la necesidad de que "los europeos comprendan la razón de algunas cosas". "Cuando hablamos de igualdad, de libertad, de convivencia, eso es reflejo de la moral cristiana", dijo el presidente del Gobierno. "Otra cosa --añadió Aznar-- es la idea que uno tenga de las decisiones de ciertas iglesias en un momento histórico determinado", aunque el líder de los populares no aclaró a qué se refería con exactitud.