Cambio de discurso en Vox. Después de que el presidente ultra, Santiago Abascal, haya denunciado durante los últimos meses el cordón sanitario que le ha impuesto el PSOE, no convocándole a ninguna ronda de reuniones, y justo un día después de que denunciara la "anomalía política" que supone que el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, no le haya llamado para tener un encuentro, el propio Abascal ha rechazado mantener un encuentro con la portavoz parlamentaria socialista, Adriana Lastra.

"Estamos ante una anomalía política teniendo en cuenta que el señor Sánchez no convoca en ningún caso a Vox", sentenció Abascal, este miércoles, en la rueda de prensa posterior a su paso por la Zarzuela para entrevistarse con el rey Felipe VI. Además, señaló que esta estrategia "entra dentro de la lógica y es coherente con su planteamiento el de Sánchez de demonización sistemática de Vox".

Horas más tarde, el secretario general socialista salía ante los periodistas en la Moncloa para comunicar que había aceptado el encargo del monarca de formar Gobierno y anunció que el próximo lunes se verá con el líder del PP, Pablo Casado, y con la portavoz de Ciudadanos, Adriana Lastra. Además, Sánchez apuntó que Lastra, miembro del equipo negociador de la investidura, se reunirá con "todos los partidos políticos del Congreso para encontrar una mayoría más amplia que permita la investidura".

Ahora ya sí incluido en la agenda de los socialistas, Abascal ha declinado la oferta a través de Twitter. "Vox no va a sentarse a hablar de la investidura mientras el PSOE la negocia con los enemigos de España", ha asegurado el político vasco ya que, considera, esto supondría "contribuir al blanqueamiento de Bildu, del comunismo bolivariano y del golpismo". "Nos tendrán enfrente", concluye.

ANTECEDENTES EN MAYO

Los de Abascal llevan denunciando desde las pasadas elecciones de abril que el PSOE no les llamara para hablar sobre la posible investidura. Dos días después de los comicios del 28-A, Sánchez convocó reuniones en la Moncloa con Casado, con el expresidente de Cs, Albert Rivera, y con el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias. En aquellos momentos, Abascal quedó fuera de la terna de líderes llamados al palacio pese a ser la quinta fuerza con 24 diputados.

"Excluir a una fuerza política como Vox, con 24 diputados nacionales, que representa a más de 2.600.000 españoles es no haber entendido nada y además despreciar lo que significa la soberanía nacional y lo que significa la democracia", dijo en aquel momentos. Unas palabras que exigían algo que ahora rechaza.