Cristina Alberdi sabía que le quedaba poco tiempo en el Grupo Socialista. La inminencia de la disolución de las Cortes, fruto de la convocatoria electoral, y la certeza de que su partido no le ofrecería ninguna candidatura animaron a la todavía diputada a emprender una operación de márketing para asegurarse el futuro. En una carta remitida a todos los diputados del Congreso, incluidos los que hasta ayer eran sus compañeros de filas, Alberdi ofreció los servicios jurídicos del despacho de abogados al que acababa de reincorporarse.