Pese a que en buena parte de las respuestas Rajoy fue claro, sí tuvo que escuchar cómo los ciudadanos que le interrogaban se quejaban de que no estaba siendo concreto.

Seguramente el caso más claro de vacilación fue el de la pregunta de la zaragozana María Antonia Navarro, que quiso saber si accedería a las células madre para salvar a su hijo con una enfermedad incurable. Tras muchas repreguntas, Rajoy acabó asumiendo que él haría lo necesario para que su hijo "se salve".

También llamó la atención la dura intervención del ibicenco Manuel Gallo sobre las responsabilidades políticas del exministro de Defensa, Federico Trillo, en el accidente del Yak-42. Cuando Rajoy dijo que no creía que Trillo quede inhabilitado para la política, Manuel Gallo replicó: "Yo sí". Pero quizás la más dura pregunta fue la de Emilio Vela, un ferroviario de 63 años que preguntó por qué el Gobierno del PP "engañó durante al menos un día y medio" atribuyendo a ETA el atentado del 11-M. Rajoy dijo que "al cabo de un día y medio todo apuntaba que no fue ETA". Y sobre los casos de corrupción en torno al PP, destacó la intervención del leonés Froilán Pérez, pidiendo al líder de los populares que no adopte una reacción tímida, sino que "abra las grandes ventanas para limpiar las moscas".

A un vecino de Santander que preguntó qué haría Rajoy con su sueldo de 855 euros al mes, el líder del PP le pidió que "aguante".