La Audiencia Nacional ha absuelto a 6 de los 11 paquistanís acusados de planear un atentado contra las torres de la Vila Olímpica y el centro Maremàgnun de Barcelona y ha condenado a cinco años y seis meses de prisión a tres de ellos por colaboración con grupo terrorista, pero sin vinculación alguna con esas acciones.

Además, otros dos de los acusados han sido condenados a seis meses de prisión por falsedad de documentos y de los tres a los que se les atribuye el delito de colaboración, Mohammad Afzaal tendrá que cumplir una pena de cuatro años de cárcel por tráfico de drogas --se le hallaron 148 gramos de heroína-- por lo que su condena asciende a nueve años y seis meses. De este castigo, al igual que el resto de los imputados, ya ha cumplido casi tres años puesto que ingresaron en la cárcel en septiembre del 2004.

De acuerdo con la sentencia dictada por la sección primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, no ha quedado acreditado "más allá de toda duda" que los acusados hubieran planeado cometer en Barcelona los actos terroristas mencionados y tan solo ha sido probado que tres de los acusados --Mohammad Afzaal, Shahzad Ali Gujar y Mohammad Choudry-- han colaborado con organización terrorista. Esta acusación se argumenta en el hecho de que enviaron dinero a personas como Amjad Farooqui, activista relacionado con el secuestro y asesinato del periodista estadounidense Daniel Pearl en el 2002, y que ya ha fallecido.

Envío de dinero a terroristas

También aparecen pruebas de dos envíos realizados a Ahmed Khalfan Gialiaini, hijo de un "conocido terrorista", a Naem Noor Khan, al que se le atribuyen "responsabilidades" en Al Qaeda y habría estado implicado en la preparación de los atentados contra el aeropuerto londinense de Heathrow. Mohamed el Egipcio, que está siendo juzgado en la Audiencia Nacional por los atentados del 11-M también pudo ser destinatario de alguno de estos envíos de dinero, de acuerdo con el fallo judicial, que se efectuaron entre abril y agosto del 2004 y superaron los 17.000 euros.

Por ello, el tribunal sí considera probado que estos tres acusados mandaron dinero a "reconocidos" miembros de una red terrorista internacional y , en este caso, "significaron actos de colaboración material, no un mero respaldo ideológico o moral" y fueron actos genéricos "ya que no se vinculaba la entrega a la ejecución de un plan concreto". Condena también a Farhat Iqbal y a Zaman Qamar Uz a seis meses de prisión por un delito de falsedad en documento oficial y absuelve a los seis restantes: Adnan Aslam, Akhtar Masood, Shafqat Ali, Ahmad Khan Nasser, Mahmood Anwar, Irfan Khan

Organización desconocida

Entre otras acusaciones del fiscal, quien pidió entre 32 y 22 años de cárcel para ellos en el juicio que terminó el 18 de mayo pasado, el tribunal que los juzgó desestima que pertenecieran al grupo terrorista paquistaní Sunni Tehrik, "que apoyaría a la Yihad Mundial", porque se trata de una "conjetura", señala la resolución, que se sostiene "únicamente" en dos testimonios de testigos protegidos, "que desconocemos" ya que no comparecieron a la vista. Además, se trata de una organización "desconocida", subraya, puesto que los investigadores y expertos en terrorismo internacional no ofrecieron información alguna sobre este grupo y tampoco consta ninguna referencia sobre él en la página web del Ministerio del Interior.

Con la denominación de Sunni Tehrik tan sólo aparece una organización religiosa en Pakistán, dice la sentencia, en la que también se pone de relieve que "no parece coherente" que un grupo terrorista internacional esté conformado "exclusivamente" por personas que proceden de una misma localidad, Gutjar, en la región del Punjab, cuando los especialistas en inteligencia señalan, por el contrario, que la composición de este tipo de redes es cada vez "más heterogénea en términos de nacionalidad". Tampoco, afirma el fallo, se considera acreditado que los acusados tuvieran previsto preparar un atentado contra las torres de la Vila Olímpica y el centro comercial Maremágnum.

Sobre otra de las pruebas aportadas durante el juicio, un vídeo de la torre Mapfre, el hotel Arts y otras zonas emblemáticas de Barcelona, el tribunal señala que "no parece claro ni evidente" que se trate de una grabación "de carácter operativo" y argumenta que la película contiene un relato "sin orden ni coherencia, en ritmo lento" y soportada "por una banda musical" y se pregunta por qué "añadir" música a un documento operativo.