Un numeroso grupo de estudiantes de Filología de la Universidad Complutense de Madrid boicoteó ayer la intervención del ministro de Trabajo y portavoz del Gobierno, Eduardo Zaplana, en el II Congreso Internacional dedicado al poeta alicantino Miguel Hernández, como protesta por la posición del Ejecutivo ante la guerra de Irak.

La llegada de Zaplana a dicho congreso --presidido por el escritor José Saramago--, provocó los primeros gritos de "No a la guerra", que se fueron generalizando y animaron a algunos participantes en el cónclave literario a mostrar una bandera republicana.

"¡Miguel Hernández sí que era un político!"; "¡Fuera, fuera!", exclamaron los más animados, que encontraron oposición en las voces de dos o tres personas a las que se les escuchó decir: "¡No a la guerra, pero a la guerra de ETA!".

La mayoría de los asistentes decidió abandonar la sala antes de que Zaplana tomara la palabra. Este aseguró no sentirse molesto.