Una semana después de que Eduardo Zaplana hiciera público que dejaba su escaño en el Congreso para incorporarse a Telefónica, Angel Acebes confirmaba su renuncia a continuar como secretario general tras el XVI congreso del PP. Lo hizo ayer, coincidiendo con una ofensiva de colaboradores de José María Aznar, que no parece contento con la gestión que su sucesor está haciendo de la situación, para tener peso en la nueva etapa.

Así, mientras el portavoz en el Parlamento Europeo, Jaime Mayor Oreja, advertía de que veteranos dirigentes como el propio Aznar, Francisco Alvarez-Cascos y Rodrigo Rato "tienen que ser parte de la solución" a la crisis del PP, Acebes emitía un frío comunicado. Salió a la luz alrededor de las 13 horas y, entre otras cosas, sirvió para marcar distancias con el líder del partido que, en ese mismo instante, se encontraba en la Cámara alta reunido con sus senadores, sin haber hecho ninguna mención a la retirada prevista por casi todos.

CRITICAS Ayer quedó en evidencia, por tanto, que los más experimentados no están contentos con la estrategia de Rajoy. La mayoría de los jóvenes, tampoco. Algunos diputados y cargos políticos de edades inferiores a 40 años han tratado de forzar una vía alternativa en el seno del PP, tanteando a políticos como Juan Costa o Eduardo Zaplana para atraerles a sus objetivos.

La negativa de ambos (y de otros) y las maniobras de Rajoy para apartar de puestos de responsabilidad a todos aquellos que quieren jugar, sin enseñar las cartas, a hacerle sombra, han frustrado los planes de los que se definen a sí mismos como una nueva generación en el partido.

Mientras todo esto sucede y Esperanza Aguirre se mantiene vigilante para ver si lanza, o no, nuevos mensajes críticos a su jefe de filas, Rajoy diseña una renovación. Su fin es, según sus propias palabras, terminar con el cartel de partido retrógrado e intolerante que ha acompañado al PP en la última legislatura. Zaplana, que hasta hace unos meses era su voz en la Cámara baja, se lo ha puesto fácil. Ahora, su voz en el partido, Angel Acebes, hace lo propio y se aparta de un líder que pretende seguir siéndolo, pese a recibir reproches, cada día, de distintas jerarquías y secciones de su propio partido.

"Yo había asumido una responsabilidad con Mariano Rajoy para cuatro años y la he cumplido", sentenciaba ayer Acebes, el exministro del Interior que quedará marcado por el 11-M y que asegura haberse "dejado la piel" como secretario general de los populares en la oposición.

INICIATIVA PROPIA Acebes afirmaba ayer que, por iniciativa propia, le había pedido a Rajoy hacía días que no contara con él para ser su número dos en la actual legislatura. No obstante, la pasada semana mantuvo una conversación informal con periodistas en la que señaló que su futuro dependía de los planes que, al respecto, tuviera su jefe. Pero ayer, cuando se le preguntó a algún colaborador de Acebes quién había tomado realmente la decisión, respondía: "Es obvio que Angel opta por dejarlo porque no siente que Rajoy quiera algo en sentido contrario".

Difundida la noticia, el presidente del PP dio la cara ante los periodistas. Se limitó a agradecer su "enorme lealtad" en tiempos complicados y matizó que, "en principio", Acebes no tiene previsto dejar la política, sino "pasar a un segundo plano". Al tiempo, Aguirre resaltó su validez para tener responsabilidades inmediatas o de futuro. Está por ver si Rajoy guarda el nombre de su sustituto/a hasta la celebración del cónclave o, como solía hacer Aznar, adelanta quién será su candidato como secretario general. ¿Será Pío García-Escudero, tal y como se rumoreaba horas después del 9-M? Ayer, el aludido manifestó que se encuentra "muy bien" en su actual destino en el Senado.