Poco podían imaginar los hermanos Pedro y Domingo Gómez, de 71 y 75 años, que a estas alturas de sus vidas regresarían a la universidad a gritar contra el franquismo y entonar puño en alto el "No pasarán" junto a sus nietos. Ayer, lluvioso y frío en Madrid, el auditorio de la Facultad de Medicina de la Complutense se quedó pequeño para acoger al millar largo de personas que acudieron a la convocatoria de los sindicatos CCOO y UGT para mostrar su apoyo al juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, al que definieron como un juez "honesto" víctima del fascismo.

El acto fue intenso, emotivo y sincero. Dos horas repletas de imágenes olvidadas para algunos, que nunca vivieron la mayoría de los presentes, y que arrancaron aplausos, gritos, consignas, lágrimas sinceras y encendidos puños en alto en favor de una libertad que a juicio de los asistentes se ve alterada si Garzón es condenado por prevaricación por su instrucción de la causa sobre las desapariciones del franquismo.

Un dibujo con el perfil del magistrado presidía el escenario desde el que se lanzaron durísimas críticas contra los magistrados del Tribunal Supremo. Las más duras salieron del amigo y exfiscal anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo, quien acusó a los jueces que han procesado a Garzón de ser meros "instrumentos del fascismo español".

ABUELAS DE LA PLAZA DE MAYO Sus palabras fueron las que cosecharon más aplausos, entre ellos los varias abuelas de la plaza de mayo de Buenos Aires, que viajaron expresamente desde Argentina para dejar constancia de que la nieta que las acompañaba se localizó gracias a las gestiones del juez al que ahora se quiere castigar. Duro, como duro fue durante su época como fiscal, Jiménez Villarejo levantó a varios abuelos de sus butacas cuando acusó a los magistrados que procesarán a Garzón de haber estado en el Tribunal de Orden Público (TOP) del franquismo y de haber sido durante muchos años "cómplices de las torturas" con sus silencios y sus miedos.

Cándido Méndez y Ignacio Fernández Toxo, responsables de UGT y CCOO, respectivamente, leyeron un comunicado conjunto en el que arremeten contra el Supremo y aseguran que si Garzón no puede investigar los crímenes del franquismo, por el mismo impedimento jurídico, hubiera sido imposible el proceso de Nüremberg contra los criminales nazis. "Estamos ante una vergüenza histórica", dijo Méndez. Y Fernández Toxo prosiguió: "España necesita una transición ética y moral".

"No se trata solo de Garzón. Se trata de nuestra dignidad, de nuestros muertos. De barrar el paso a los franquistas. ¿Lo entiendes? No pueden ganar", dijo un abuelo a su nieto. Llovía.