La concentración contra el último atentado terrorista convocada hoy en Madrid, la primera de carácter unitario en esta legislatura, ha ampliado la brecha abierta entre el PP y la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT). Bajo el lema Por la libertad, por la derrota de ETA, está convocada por la patronal, los sindicatos y todos los grupos del Congreso, incluido el popular. Pero la AVT de Francisco José Alcaraz se ha negado a asistir. Se agravan así las tensiones entre el PP y Alcaraz, que ya afloraron ante la última protesta de la AVT.

Alcaraz ha planteado al Gobierno cuatro condiciones para sumarse a esta cita: que regrese al pacto antiterrorista; que revoque hoy mismo la resolución del Congreso que autorizó el diálogo con ETA; que ilegalice Acción Nacionalista Vasca (ANV) y el Partido Comunista de las Tierras Vascas (EHAK, en euskera); y que actúe de forma "contundente" contra los etarras y su entorno. Cuádruple ultimátum que evidencia la negativa de Alcaraz a participar en un acto bendecido por Mariano Rajoy. En público, los populares dicen "respetar" esta decisión, pero no ocultan que su relación con la AVT no pasa por su mejor momento.

EL DISTANCIAMIENTO Los precedentes de la tensión hay que buscarlos en la última manifestación de la AVT, celebrada el 24 de noviembre en Madrid. Los populares no ocultaron su malestar ante el hecho de que Alcaraz la convocara sin consultarles, y cuando ya habían decidido dejar en un segundo plano el debate sobre la lucha antiterrorista.

Como el PP tardó en confirmar quién le representaría en aquella marcha, el presidente de la AVT advirtió de que "echaba de menos" un apoyo explícito de Rajoy. Pese al evidente malestar, se mantuvieron las formas y la plana mayor del partido acudió a la convocatoria. Pero no estuvo Rajoy, y la marcha fue la menos concurrida de la legislatura.

Hoy, Alcaraz no dará apoyo, ni explícito ni tácito, a una concentración que también patrocina el PP. Sin embargo, la AVT y el Foro de Ermua sí se adhirieron a las concentraciones que ayer al mediodía convocaron todos los ayuntamientos de España.

Especialmente llamativa resultó la de Madrid, donde más de 300 personas se reunían, en principio, para rendir homenaje a los guardias civiles tiroteados. Pero algunos de los presentes, muy exaltados, se dedicaron a dejar constancia de su apoyo a Alcaraz y a abuchear a los representantes del PSOE, con gritos homófobos en el caso del concejal Pedro Zerolo. Se pidió a gritos la dimisión del presidente José Luis Rodríguez Zapatero, y del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba. Y hasta se advirtió a Rajoy de que "apoyar a la Z --en clara alusión a Zapatero-- es apoyar a ETA". Esta concentración contó con la presencia del alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, del secretario general del PP, Angel Acebes, y de secretarios ejecutivos del partido.

Acebes tenía previsto hacer allí unas declaraciones, pero desistió al comprobar que Zerolo era perseguido hasta el coche por un grupo de violentos que intentaban agredirle. El edil socialista tuvo que que ser escoltado por el vicealcalde, el popular Manuel Cobo. También hubo tensión en Córdoba y Zaragoza.

Acebes volvió a convocar a la prensa, una hora después, en la sede central del PP. Allí, además de manifestar su respeto por la decisión de la AVT de no acudir a la convocatoria de hoy, se desvinculó de los insultos a los representantes socialistas. Y reclamó ilegalizar y expulsar de los consistorios a ANV.