Util, pero no definitiva. La cumbre que ayer celebraron en el Parlamento catalán Pasqual Maragall y los líderes políticos catalanes se cerró con menos acuerdos de los previstos, pero con la voluntad unánime de seguir trabajando para lograr el alumbramiento del Estatuto. El PP puso la nota disonante al no sumarse a los dos grandes compromisos de la jornada: el Estatuto consagrará, negro sobre blanco, que "Cataluña es una nación", y el Parlamento catalán aprobará el texto en septiembre. Puede incluso que simbólicamente, en la Diada, el 11 de septiembre.

"He visto en todos los participantes ganas de Estatuto", dijo a Efe un complacido Maragall poco después de que finalizara la cumbre, a la que asistieron, además del president , Artur Mas (CiU), Manuela de Madre (PSC), Josep Lluís Carod-Rovira (ERC), Josep Piqué (PP) y Joan Saura (ICV-EUiA).

El Estatuto dirá en su artículo 1.1 que "Cataluña es una nación". Sin embargo, CiU, PSC, ERC e ICV, que apoyan este redactado, no lograron ponerse de acuerdo en si, en los puntos siguientes, hay que hacer referencia al término nacionalidad histórica o invocar la Constitución y especificar, como defiende Saura avalado por informes jurídicos, que Cataluña se constituye en comunidad autónoma.

CITA EN JULIO Sí hubo acuerdo unánime en que la financiación debe figurar en el Estatuto, pero al barajarse tres modelos (Gobierno catalán, CiU y PP) se decidió que los equipos negociadores continúen buscando las aproximaciones, por lo que se emplazaron para una nueva cumbre, a celebrar a mediados de julio, que se dedicaría casi de forma monográfica a financiación.