La Audiencia Nacional comenzó ayer a juzgar a 30 islamistas acusados de querer atentar contra la Audiencia Nacional con un camión bomba. La primera sesión estuvo plagada de incidencias técnicas que lograron sacar de sus casillas al presidente del tribunal, Félix Guevara, que amenazó a los técnicos con irse si no se solucionaban los problemas de sonido.

Los acusados se enfrentan a penas que oscilan entre los dos y los 46 años de prisión. La fiscalía les acusa de formar cuatro células "perfectamente estructuradas y conectadas entre sí" para llevar a cabo atentados suicidas en la Audiencia Nacional y otros edificios, como la sede del PP, la estación de Príncipe Pío, el parque de Tierno Galván y el Supremo.

Estas células fueron organizadas por Abderrahman Tahiri, conocido como Mohamed Achraf, detenido en Suiza en el 2004. Este islamista reclutó al resto de acusados en las cárceles españolas entre el 2001 y el 2002.

LA DECLARACION Mohamed Bukili --que se enfrenta a 27 años de cárcel por conspiración y pertenencia-- abrió el turno de interrogatorios. Este imputado se negó a contestar a las preguntas del fiscal. Sin embargo, con su defensa se desmarcó de las acusaciones. "Yo soy un yonqui que no conoce a nadie", afirmó. Además, negó que hubiera tenido contacto en la cárcel de Topas (Salamanca) con Achraf. "Tomo pastillas todo el día", agregó. También aclaró que se llamaba Omar Mulahia y negó que se hubiera ofrecido como muyahidín para practicar la guerra santa. Asimismo, rechazó haberse escrito con Achraf, ya que explicó que no sabía escribir.

Por su parte, Eddebdudi Taufik --para quien el fiscal reclama 11 años de cárcel por pertenencia a una célula islamista-- admitió que había escrito dos veces a Achraf porque tenía problemas legales, ya que no tenía papeles. Pero negó cualquier relación con el terrorismo islamista.

También compareció Mustafá Farjani, que admitió que tenía problemas con las drogas. Asimismo reconoció que había escrito a Achraf. Y Baanu Abdullah afirmó que no pertenecía a ninguna banda armada. Ambos se enfrentan a 11 años de cárcel.