El teniente general José Antonio Sáenz de Santa María, que falleció de un infarto el lunes en Madrid a los 84 años, fue despedido ayer por medio millar de personas en Oviedo, entre ellas excargos de los gobiernos socialistas como el exministro Gustavo Suárez Pertierra y el exsecretario de Estado de Seguridad, Rafael Vera. Ambos tuvieron palabras de elogio para el hombre que dirigió la policía y la Guardia Civil y contribuyó a abortar el golpe del 23-F. El exministro resaltó su vocación de realizar un "servicio público en beneficio de España". "Fue uno de los poquísimos amigos que tuve entre mis colaboradores en el Ministerio del Interior hasta el final", dijo Vera.

También asistió al sepelio el presidente asturiano, el socialista Vicente Alvarez Areces, así como el exjefe de la Casa Real, Sabino Fernández Campo. La representación institucional del PP fue casi nula, sólo acudió el teniente de alcalde del Ayuntamiento de Oviedo, Jaime Reinares.