La nueva sala de discordia constituida en el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco notificará hoy la admisión a trámite de la querella del fiscal contra el presidente del Parlamento vasco, Juan María Atutxa (PNV), y los miembros de la Mesa de la Cámara Gorka Knörr (EA) y Kontxi Bilbao (IU), por negarse a disolver al grupo liderado por Arnaldo Otegi.

La decisión, adoptada por cinco votos a favor y dos en contra, fue acogida con alabanzas por el ministro de Justicia, José María Michavila, mientras que la coalición del Gobierno vasco (PNV, EA e IU) denunció la presión del PP sobre los jueces. El líder peneuvista, Xabier Arzalluz, sentenció que en España no hay democracia porque ésta "ha caído bajo la prepotencia del Gobierno" que "manipula a la justicia".

ROTO EL EMPATE

Una sola reunión mantenida el lunes pasado por los siete magistrados integrantes de la sala de discordia sirvió para desatascar la inédita situación en la que se ha visto envuelto el Tribunal Superior de Justicia de Euskadi después de que su presidente, Manuel María Zorrilla, nombrara una sala de discordia que fue anulada posteriormente por el Tribunal Supremo. La nueva sala incorpora a los magistrados Fernando Torremocha, Isidoro Alvarez y Agustín Hernández, lo que ha roto el empate entre los partidarios y detractores de admitir la querella. Los dos jueces que se oponen, el propio Zorrilla y Nekane Bolado redactaban ayer sus votos particulares.

El PNV, EA e IU admitieron que esperaban la decisión de la sala de discordia. "Se confirma que la nueva sala fue creada premeditadamente para responder de manera sumisa a la estrategia de involución democrática de José María Aznar", dijo la presidenta de EA, Begoña Errazti.

JUECES PRESIONADOS

Arzalluz dirigió sus baterías contra el Gobierno del Partido Popular por haber "politizado" la justicia y "roto la separación de poderes", por lo que "en España no se puede hablar de democracia". Advirtió de que el PNV recurrirá todas las decisiones judiciales como forma de "batalla política". Arzalluz y el coordinador de Izquierda Unida en el País Vasco, Javier Madrazo, acusaron al ministro de Justicia de "presionar" a los jueces. Por su parte, el ministro Michavila dio por seguro que Atutxa, Knörr y Bilbao serán finalmente procesados y condenados por desobediencia.