El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ha admitido a trámite la petición del presidente de la Generalitat, Quim Torra, para recusar a los jueces Jesús María Barrientos y Mercedes Armas. La decisión de estudiar la solicitud supone que ambos magistrados deberán apartarse, de momento, de la causa por desobediencia contra el president, citado para ir a juicio el 25 y el 26 de septiembre.

El jefe del Govern pidió recusar a Barrientos, presidente del TSJC y de la sala que le juzgará, y a Armas, miembro también del tribunal, por considerar que no son imparciales. Torra está acusado de desobediencia por no retirar a tiempo, en periodo electoral, los símbolos independentistas y en favor de los políticos presos de los edificios públicos.

«Ha rechazado con especial contundencia todas las tesis acerca de la exhibición de símbolos que tienen que ver con la solidaridad y apoyo a los presos políticos así como de banderas esteladas, que será precisamente el objeto del juicio oral», apuntó sobre Barrientos.

En su resolución, el TSJC acuerda abrir una pieza separada y designar a un juez que instruya el incidente de recusación, informó Efe. Esta función recaerá en Carlos Ramos, que fue, precisamente, el instructor de la causa derivada de la querella de la fiscalía contra el president que le llevado al banquillo de los acusados. Hasta que se decida si se aparta a Barrientos y Armas, estos deberán abstenerse de seguir tramitando la causa.

ASISTENCIA EN EL AIRE / Torra no ha aclarado todavía si acudirá o no al palacio de justicia, si bien el juicio podría celebrarse sin su presencia, ya que la pena que afronta no supera los dos años de prisión. La fiscalía pide para el presidente de la Generalitat un año y ocho meses de inhabilitación por desacato a la Junta Electoral Central (JEC).

Ayer mismo, el TSJC fijó para las nueve y media de la mañana el inicio de las sesiones del juicio, que coincidirá con el debate de política general en el Parlament. El president había pedido un cambio de fecha del juicio y denunció las «prisas» por sentarle en el banquillo, pero el alto tribunal rechazó esa opción.