El aeropuerto de Castellón, cuya inauguración está prevista para el próximo año, contará con una escultura de 24 metros de altura y 18 de diámetro "inspirada" en el presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, imputado por cohecho, fraude fiscal y tráfico de influencias. La obra ha sido encargada al artista Juan García Ripollés, amigo de Fabra y un habitual de las concesiones públicas castellonenses.

La escultura estará formada por varias figuras, entre las que destacará una cabeza (inspirada en la testa del mismísimo Fabra) de la que surgirá un avión, para simbolizar de esta manera que ha sido el político quien ha hecho posible que el aeropuerto sea una realidad.

El dirigente del PP agradeció ayer a Ripollés que se haya inspirado en él, aunque matizó que la escultura no reproducirá su cara, porque no es un retrato. Según Fabra, este homenaje no es "inmerecido", por su gran contribución a la construcción del aeropuerto. "Me encanta saber que inspiro a los artistas", afirmó Fabra. Y añadió que, "si inspirara a las musas, también sería perfecto".

La diputada de Esquerra Unida Marina Albiol denunció el proyecto --que costará 300.000 euros-- y pidió al presidente de la Diputación que, si quiere una escultura, "la pague de su bolsillo y la instale en el comedor de su casa". Albiol también anunció ayer que intentará parar su construcción a través de las Cortes.

INSPIRADOR REINCIDENTE No es la primera vez que Fabra inspira a un artista. El presidente de la Diputación de Castellón ya había aparecido antes como personaje, principal o secundario, en algunas obras de arte de diversos edificios públicos, y tiene una plaza dedicada a él en Villahermosa (Castellón). Incluso ha dado nombre a un caso judicial todavía pendiente de resolución por parte de los tribunales.