Uno de los agentes de la unidad especial de la Policía italiana contra el terrorismo (DIGOS) reiteró hoy que el acusado Rabei Osman El Sayed, "Mohamed El Egipcio" se atribuyó la autoría del 11-M y que "los que murieron" tras la masacre eran amigos suyos durante una conversación que tuvo con un "discípulo"."El atentado de Madrid fue un proyecto mío y los mártires que murieron en Madrid eran amigos míos", confesó Osman El Sayed, según aseguró hoy el agente al relatar una de las escuchas telefónicas que practicó la Policía italiana en la vivienda en la que residía "El Egipcio" en Milán, a la que "a diario" acudía a visitarle Yahia Mouad Mohamed Rajah, a quien el testigo calificó como su discípulo.

En concreto, esta grabación ambiental tuvo lugar el 27 de mayo de 2004 y "duró varias horas", según el agente italiano, que recordó que la "confidencia" del procesado sobre los atentados de Madrid se produce "al final de un discurso en el que se habla de martirio".

Con anterioridad a esta conversación, continuó el testigo, que aseguró que todos los seguimientos y escuchas policiales que practicaron se hicieron con autorización judicial, el acusado habló telefónicamente con Mourad Chabarou -amigo que residía en Bélgica- y con el hermano de Yahia, que vivía en París.

Fue en una conversación con Chabarou el 24 de mayo de 2007 la primera vez que hizo mención al 11-M, ya que, según dijo, se refirió a Serhane Ben Abdelmajid "El Tunecino" -uno de los siete suicidas de Leganés- y al acusado Fouad El Morabit y manifestó que "estaban con Dios".

Chabarou dio a entender en ese diálogo que "saldría en 20 días y se iría para cometer una acción suicida como mártir" al igual que planeaba hacer el hermano de Yahia, agregó el testigo, que señaló que entonces avisaron a las autoridades belgas, francesas y españolas.

Tras explicar detalladamente cómo llegaron a localizar al acusado en Milán, donde le detuvieron el 7 de junio de 2004, y de los dos domicilios en los que residió, el agente manifestó que "Rabei llevaba una vida muy reservada", que "la mayoría del tiempo se quedaba en la vivienda, aunque frecuentaba la mezquita" de esa localidad.

Señaló que "los diálogos más interesantes" que mantuvo con Yahia los tenían cuando "estaban solos" en la vivienda y eran, dijo, "principalmente de carácter religioso. Rabei enseñaba tanto a rezar como al mismo tiempo le intentaba enseñar los principio más radicales del Islám". "En particular, hablaban de la Yihad, hablaban de propaganda, constantemente de martirio. Enseñaba a su discípulo vídeos de propaganda radical con escenas de 'muyahidines', le hacía escuchar cintas en las que se hablaba de mártires y del sacrificio por Dios", añadió el agente, que destacó que "esta manipulación del joven era constante y la realizaba todos los días, lo que le llevó a declarar estar dispuesto al martirio a través del suicidio".

El rastreo informático

En el rastreo que la Policía italiana realizó del ordenador de "El Egipcio" se descubrió que éste visitaba páginas radicales en Internet, de grupos yihadistas, y proclamas de Al Qaeda, del talibán Mulá Omar y hasta de Osama Bin Laden.

El agente explicó que el procesado había abierto un correo electrónico a nombre de Mohamed, en el que como fecha de nacimiento facilitó el 11 de marzo de 1970, lo que llamó la atención de la Policía al coincidir con los atentados de Madrid y ser el número 70 una sura del Corán "muy seguida por los yihadistas".

Se encontraron documentos sobre "despedidas de mártires" y conexiones a páginas que explicaban cómo construir bombas para meterlas en un maletín y activarlas con teléfonos móviles.

También se halló un papel con la anotación de la fecha del 11 de marzo de 2004, acompañada de las palabras "Shaid Miel"; Shaid significa mártir en árabe y Miel se considera sinónimo de explosivo en el código utilizado por los yihadistas.

Al seguir el tráfico de llamadas del teléfono del procesado, se comprobó que no se efectuó ninguna desde el 10 de enero de 2004, cuando llegó a Italia, hasta el 5 de febrero de ese año, y que después hubo otro "periodo de silencio coincidentes con los atentados de Madrid", señaló el agente, que concretó que no hubo señales en las tarjetas desde el 8 de marzo hasta el 12 de ese mismo mes.