De "exquisito", "digno", "humano" y "lógico" calificaron ayer los agentes de la Guardia Civil de Roquetas del Mar (Almería) el trato dispensado al agricultor Juan Martínez Galdeano, que falleció en el cuartel en julio del 2005 tras acudir a pedir ayuda por un altercado de tráfico. El fiscal solicita una pena de 7 años y tres meses de cárcel para el teniente al mando, José Manuel Rivas, por los delitos de lesiones y homicidio imprudente y atentado grave contra la integridad moral. Para los otros siete imputados, y por los mismos delitos, solicita una pena de 6 años y tres meses de prisión.

DROGAS Y ALCOHOL La vista oral se celebra en la Sección Tercera de la Audiencia de Almería y durará hasta el 29 de marzo. Está previsto que declaren 29 testigos y 17 peritos. Martínez Galdeano falleció tras varios forcejeos con los agentes, aunque la autopsia fija la causa de la muerte en el consumo excesivo de drogas y alcohol.

Los primeros agentes en comparecer ante la juez Társila Martínez se negaron a responder a la acusación particular y popular. A las preguntas del fiscal y de su defensa, mantuvieron que Martínez Galdeano presentaba un estado de excitación y agresividad tal que hacía inviable aplicar otros medios de inmovilización que no fueran las porras extensibles y eléctricas, consideradas armas no reglamentarias.

Tanto el teniente José Manuel Rivas, que se mantuvo sereno durante toda la comparecencia e incluso se atrevió a subrayar ante la jueza la precariedad de medios con los que cuenta el acuartelamiento, como su compañero Antonio Marcos Vega Avila --al mando de las dependencias la tarde de los hechos-- subrayaron que intentaron tranquilizar al agricultor, misión que les fue casi imposible y en la que resultaron heridos varios compañeros.

Por este motivo, y para evitar que se autolesionara o escapara causando daños a terceros, se recurrió a las defensas no reglamentarias, explicó Rivas, quien subrayó que el trato dispensado fue "correcto y ajustado a derecho". "La actuación respondió en todo momento a la violencia de Galdeano", llegó a decir, y afirmó que hubieran "cogido cualquier cosa" que les ayudase.

Pese a las imágenes de las cámaras de vigilancia en las que aparece con la porra en la mano, el teniente afirmó no recordar haberla cogido en el primer momento, ironizando con que lo que llevaba "podía ser hasta un transistor".

BAJA POR DEPRESION Un año y medio después de los hechos, siete de los agentes que intervinieron en la inmovilización de Martínez Galdeano continúan de baja por depresión. Solo el teniente al mando del cuartel de Roquetas, José Manuel Rivas, sigue desempeñando sus labores, aunque en otra provincia.