Madrid Mientras la cúpula del PP preparaba la salida de Luis Bárcenas del partido, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, aparentemente ajena al delicado momento que vivía su partido, acaparaba flases y cámaras al ofrecerle al ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, una inesperada fiesta de cumpleaños. Durante el acto de firma de cuatro convenios bilaterales entre el Gobierno y la Comunidad de Madrid, Aguirre regaló una corbata a Rubalcaba, que ayer cumplía 58 años. A continuación, ambos comparecieron ante la prensa, y allí la presidenta madrileña se arrancó a cantarle al sonrojado ministro el Cumpleaños felizen una interpretación a la que se sumaron algunos de los asistentes. Al final hubo tarta de chocolate.