El exministro de Fomento Francisco Alvarez-Cascos no solo es amigo personal de la presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, sino también uno de los pocos que dieron la cara por ella cuando le declaró la guerra a Mariano Rajoy, en vísperas del congreso de Valencia, tras la derrota electoral del 2008. Para devolverle aquel gesto y porque, dice, está convencida de que Cascos es el único candidato del PP que puede ganar en Asturias, Aguirre volvió ayer a la carga para tratar de influir en el equipo de Rajoy, que aún no ha tomado una decisión sobre la candidatura.

"La inmensa mayoría de los dirigentes nacionales del partido saben que Cascos es el mejor candidato para que el PP gane en Asturias por mayoría absoluta", sentenció ayer.