El voto de los 305.017 emigrantes gallegos con derecho de voto, y muy en concreto de los 89.184 inscritos en la oficina del censo electoral de Pontevedra, ha de decidir quién gobernará Galicia en los próximos cuatro años. El procedimiento de votación desde el extranjero presenta varios agujeros que lo hacen vulnerable al fraude. El PP se resistió durante años a modificar la norma. Pero ahora que no gobierna en España --o sea, no controla Correos ni consulados-- clama contra posibles tongos .