El objetivo prioritario de la lista negra de Estados Unidos es asfixiar económicamente a quienes figuran ella y privarles de medios y bases para actuar. En este sentido, se considera ilegal proporcionarles "apoyo material o recursos". Además, las instituciones financieras de EEUU deben retener los fondos que tengan en su poder y sean propiedad de las organizaciones que aparecen en la lista.

EEUU también niega el visado para entrar en el país a los representantes y miembros de las organizaciones fichadas.