"El Gobierno no sólo tenía que hacer frente a la trágica situación creada por los atentados a pocas horas de unas elecciones generales. Debía afrontar también un monumental empuje manipulador de los que vieron en aquellos momentos, no la conmoción de la sociedad ante una tragedia, sino la gran oportunidad hacía tiempo habían dado por perdida". Desde esta premisa, el expresidente acusó sin rubor al PSOE de "buscar ventaja partidista" tras los ataques del 11-M, "atizar el sectarismo" y "manipular los sentimientos" de la sociedad.

El expresidente desmintió que Zapatero, le invitara a convocar una reunión del pacto antiterrorista el mismo día de la masacre, pero omitió que a quien se lo planteó el líder socialista fue al presidenciable del PP, Mariano Rajoy. También acusó a Zapatero de haberle dicho primero que "le daba igual que hubiera sido ETA o Al Qaeda" para después declarar que "la respuesta política sería distinta" en cada caso.

Aznar aseguró que el 11-M el socialista Alfredo Pérez Rubalcaba llamó a un alto cargo de la Moncloa para informarle de que, según el Gobierno vasco, ETA era la responsable de la matanza. Tampoco ahorró alusiones a la guerra sucia del GAL y la malversación de fondos reservados en la etapa del PSOE: "A lo mejor nos hubiera gustado disponer de algún fondo más en la lucha antiterrorista porque nadie se lo hubiera llevado en un momento determinado".