Los dos enviados especiales de los periódicos de Grupo Zeta que hasta el pasado día 4 de marzo estuvimos en la ciudad de Gao, en el noreste de Malí, informando sobre el secuestro de tres cooperantes españoles a manos de Al Qaeda solo podemos tener un sentimiento de gratitud hacia el alcalde de esa localidad, Sedou Dialó, por la decidida acción que emprendió para garantizar nuestra seguridad. Fue él quien nos advirtió de la amenaza de secuestro que pendía sobre nuestras cabezas, nos brindó protección en su propio domicilio y nos trasladó en su coche hasta la capital, en un viaje de más de 16 horas. Sin embargo, nos vemos obligados a rebatir y poner en el contexto adecuado su última declaración pública, en la que cuestionó la veracidad de nuestro relato y negó que la organización Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) hubiera puesto en marcha un plan de secuestro.

Precisamente, el alcalde Dialó contactó con nosotros la noche del domingo para expresar su "preocupación" ante la ola de informaciones que desencadenó el intento de secuestro y nos anunció que "negaría" lo sucedido ante los medios de comunicación que buscaran más detalles sobre lo acontecido. "Me están llamando desde Francia y yo voy a decir que no es verdad, porque si se habla así de Gao y Al Qaeda, van a desaparecer las oenegés y dejarán de venir turistas", comentó en una conversación telefónica.

Una nueva versión

Dialó hizo ayer una nueva reconstrucción de los hechos para salvar la imagen de Gao y la suya propia. "No es cierto que escaparan de un secuestro. Yo he ayudado a los dos periodistas a salir de la ciudad por su propio interés. Se equivocaron en su manera de trabajar, sobre todo en los lugares de culto musulmán, y, para evitarles problemas, los llevé hasta mi casa y al día siguiente salimos hacia el sur", se defendió ayer el alcalde, que el fin de semana posó para una sesión de fotos "orgulloso" de haber salvado la vida de dos periodistas españoles.

Lo cierto es que el miércoles por la noche el alcalde de Gao se presentó en nuestro hotel y afirmó haber recibido dos llamadas alertándole del riesgo que corríamos. "Los islamistas me han contactado preocupados por vuestra investigación --declaró--. Debéis partir lo antes posible. Algunos tuaregs que colaboran con Al Qaeda os tienen localizados. Ahora los occidentales cotizáis muy alto".

Durante el viaje hasta Bamako, no paró de repetir lo mucho que le debíamos por habernos sacado de aquel atolladero. En la capital, nos invitó a comer para ofrecernos más detalles sobre la operación que se estaba tramando: "Conocían bien el camino que solíais hacer del hotel al bar donde cenabais, y es ahí donde os iban a raptar. Nunca lo hubieran hecho dentro de mi hotel porque me respetan".

Según Dialó, nos ayudó a escapar para no empañar la imagen de Gao, "como pasó en Menaka con el francés", apuntó aludiendo a la ciudad en que fue secuestrado Pierre Camatte. También nos reprendió por hacer preguntas sobre la presencia de AQMI en la zona. "Ese es un tema tabú", sentenció.