El envenenado debate sobre la ubicación del cementerio nuclear tomó ayer un nuevo sesgo al hacerse pública una cuarta candidatura libre de las tensiones generadas por las tres primeras. Con su decisión de sumarse a la puja, un pueblo del páramo vallisoletano, Santervás de Campos, gobernado por cinco concejales del PP y de solo 80 habitantes, podría acabar sacando las castañas del fuego a los dos grandes partidos y al presidente del Gobierno. Hasta que Santervás pidió la vez, José Luis Rodríguez Zapatero parecía abocado a esta elección diabólica: enfrentarse en puertas de las autonómicas al presidente catalán, José Montilla, defensor a ultranza del no a Ascó (Tarragona), o a José María Barreda, presidente de la Junta de Castilla-La Mancha, también en apuros en las encuestas frente a la candidata del PP, María Dolores de Cospedal.

¿Se puede dar por hecho que los 80 vecinos de Santervás se van a llevar el maná de millones que acompaña al Almacén Temporal Centralizado (ATC)? Aún no. Desde el punto de vista técnico, es la candidatura más débil. Su alcalde, Santiago Baeza, confesó que "la idea surgió hace dos días" cuando se lo sugirió un concejal" y hasta ayer ni siquiera había cruzado palabra ni con el Ministerio de Industria, ni con la empresa pública de residuos nucleares Enresa. Pero su decisión es firme. Hoy mismo el pleno lo aprobará sin negativas. Los cinco únicos concejales son del PP.

Sus argumentos son muy elementales. "Hemos preparado este revuelo para intentar que el pueblo salga adelante y pasemos de la situación de crisis y despoblación. El campo no pasa por su mejores momentos", dijo el alcalde en una de sus primera declaraciones. El pueblo no tiene buenos accesos por carretera ni vía férrea ni experiencia nuclear, pero a diferencia de Ascó, Yebra (Guadalajara) y Villar de Cañas (Cuenca), no suscita rechazo. Al menos por el momento.

BENDICION POPULAR Baeza explicó que el presidente de la Diputación y de la organización provincial del PP, Ramiro Ruiz Medrano, había bendecido la operación. El portavoz de la Junta de Castilla y León apuntó una pega, que parece de tono menor comparada con la oposición radical de Montilla y Barreda. Advirtió a Zapatero de que "no cuente" con el Ejecutivo regional para buscar el consenso si no da marcha atrás en su decisión de cerrar la planta de Garoña (Burgos), pero al mismo tiempo garantizó "el respeto más absoluto a la autonomía municipal".

En cualquier caso, fuentes socialistas apuntan que nunca sería lo mismo "pasar por encima de un barón regional del propio partido que afrontar las críticas, matizadas, de una formación que se declara pronuclear como el PP". Las mismas fuentes achacan al ministro de Industria, Miguel Sebastián, no haber cocinado previamente la decisión con las comunidades autónomas y esperan que "no se ponga exquisito" a la hora de reclamar solvencia técnica al municipio vallisoletano.

PETICION ICV, el grupo Los Verdes de la UE y varias organizaciones ecologistas reunidas en Madrid exigieron ayer a Zapatero que paralice el proceso de búsqueda de un candidato ante la falta de consenso. La copresidenta de Los Verdes europeos, Rebecca Harms, explicó en el Congreso que procede de una región donde hace 33 años se ubicó un cementerio nuclear y la zona sigue siendo "una de las más pobres" de Alemania.