Las ofertas electorales sobre las rebajas fiscales a los ciudadanos comienza a preocupar a los responsables económicos de la Unión Europea. La medida de José Luis Rodríguez Zapatero de deducir 400 euros a "todos los trabajadores y pensionistas" que pagan el IRPF ha llegado en un momento de gran confusión sobre la situación de la economía, pero en España se une a la inminencia de las elecciones.

El comisario de Asuntos Económicos y Monetarios de la UE, Joaquín Almunia, aconsejó ayer a todos los partidos que calculen el coste que supondrán esas rebajas, en alusión a los socialistas y al PP, que abrió el sábado la carrera de promesas con un paquete de medidas para aligerar a ciudadanos y a empresas del pago de impuestos.

Almunia argumentó con claridad su advertencia. En los próximos años, en el 2008 y el 2009, los ingresos del Estado se reducirán, porque la actividad económica sufrirá una desaceleración importante. Y si las arcas se ven afectadas, no se debería acometer por parte del Gobierno un descenso generalizado de impuestos, que acabaría repercutiendo en las políticas sociales. Almunia, en todo caso, quiso dejar claro que España tiene margen para capear una situación de crisis, porque el superávit del Estado en el 2007 ha sido del 2,3% del PIB, algo totalmente impensable hace solo unos años.

El presidente del Gobierno considera que las deducciones de 400 euros tienen el propósito de estimular la economía y ayudar a las familias más afectadas por la subida de precios y las hipotecas en los últimos meses.

Esa respuesta, fue, precisamente, el motivo de la crítica del resto de partidos. Si la medida es necesaria "¿por qué no toma la decisión ahora, cuando todavía Zapatero preside el Gobierno?". La propuesta de Zapatero causó una gran perplejidad entre los dirigentes socialistas, que no sabían nada en la reunión que debía aprobar el programa. Pero Zapatero consultó hace días con el director de la oficina económica del Gobierno, David Taguas, y con el secretario de Estado de Economía, David Vegara, con la idea de tener una baza que pudiera ofrecer durante el fin de semana. Y recibió el visto bueno del ministro de Economía, Pedro Solbes. El PP ya había lanzado su rebaja fiscal, con un descenso del 16% del IRPF para los contribuyentes.