Juan Carlos Alia, alto cargo de la Consejería de Turismo del Gobierno balear, presentó ayer la dimisión irrevocable tras descubrirse que él y otros seis integrantes de una expedición oficial encabezada por el presidente autonómica balear, el popular Jaume Matas, pagaron con dinero público una juerga en un club de alterne de Rusia.

Alia fue fichado por el consejero de Turismo, Joan Flaquer, a principios de legislatura para impulsar la promoción turística de las islas, y dirigió hasta ayer mismo el Instituto Balear de Turismo. Ayer explicó en rueda de prensa que entregó "por error" las facturas del club Rasputín de Moscú para que se las abonara la consejería. "Las facturas estaban en ruso y se incluyeron en el expediente por error", afirmó.

CUENTA DE 360 EUROS Alia y otros seis integrantes de la comitiva se gastaron en el club de alterne unos 120 euros (unas 20.000 pesetas). Además, Alia pasó gastos por valor de otros 240 euros(40.000 pesetas) que no debían ser asumidos por el Ejecutivo balear. El total, 360 euros, ya lo ha devuelto el dimisionario. Las facturas, además, fueron remitidas por la consejería al Parlamento balear y difundidas ayer por Diario de Mallorca .

Los hechos que han provocado la dimisión de Alia se produjeron el pasado 25 de febrero durante un viaje oficial a Rusia encabezado por el presidente Matas y por el consejero de Turismo, Joan Flaquer. Este viaje coincidió con un partido de fútbol oficial del Real Mallorca en Moscú. El Gobierno balear aprovechó la cita deportiva para realizar la promoción turística de las islas en Rusia.

Según la versión del ya exalto cargo, Matas y Flaquer no acudieron al club de alterne. "El presidente y el consejero se quedaron en el hotel", recalcó Alia, que no quiso identificar a sus compañeros de juerga y reclamó respeto para su vida privada.

CESE INSUFICIENTE Los socialistas consideran que la dimisión de Alia no es suficiente y quieren conocer la identidad de todos los que estuvieron en el club. El PSOE balear sospecha que Flaquer también participó en la jornada de diversión. Uno de los presentes en el local declaró a este diario que fueron "a tomar una copa" porque les llevaron "unos rusos". "Cuando comprobamos qué tipo de local era, nos fuimos enseguida", dijo.