En la cuadragésima séptima jornada del juicio del 'caso Nóos', Federico Rubio, un alto funcionario de Hacienda y adjunto a la Dirección General de Tributos, ha declarado en calidad de testigo y ha detallado que elaboró la declaración de IRPF de la infanta Cristina desde principios de los 90 hasta el 2010 y la de Urdangarin desde 1997 hasta el año 2001.

Rubio ha explicado que su única relación con la infanta y su marido fue que confeccionó para cada uno de ellos durante esos años sus declaraciones de la renta y de patrimonio y los presentó ante la Agencia Tributaria. El alto funcionario ha manifestado que si efectuaba esta labor se debía a un "compromiso personal" suyo, recalcando que "nunca se me remuneró por ello".

El testigo ha afirmado que dejó de elaborar la renta de Urdangarín cuando este le transmitió "que tenía unos asesores en Barcelona que le iban a hacer la declaración de renta" y le pareció "fenomenal". Siguió haciendo la de la infanta hasta el 2010 pero no por un encargo directo de nadie, sino porque "viene de tradición, de una relación con el padre de doña Cristina", ha manifestado Rubio.

POR "AMISTAD Y TRADICIÓN"

Rubio, que es adjunto a la Dirección General de Tributos del Ministerio de Economía y Hacienda, ha explicado que por su puesto en la Administración no tiene "facultad ni obligación" de hacer la declaración fiscal de ningún contribuyente, pero hacía las de los miembros de la familia real por amistad y tradición, una función que nunca fue remunerada.

"Es una ayuda por amistad y por relación, como puedo hacer a una amiga de mi hijo o al portero. No es una labor de nada específica de obligación de nada. No tengo ninguna obligación, es un compromiso personal mío que reconozco que me honra poderlo hacer", ha insistido ante el tribunal.

Ha indicado que los datos para hacer las declaraciones se los facilitaba el entonces secretario de las infantas, Carlos García Revenga, y desde el 2002 también el asesor de Urdangarin Miguel Tejeiro o bien su hermano.

Ese período no incluye la etapa en la que el marido de la infanta presidió el Instituto Nóos. En el juicio de Nóos, Urdangarín está acusado de presunto delito fiscal en el IRPF de 2007 y 2008 por unos 337.140 euros que tributó a través de Aizoon, y Manos Limpias acusa también a la infanta como presunta cooperadora en ambos delitos.