El presidente del Gobierno balear, Francesc Antich, alberga esperanzas de poder salir a flote a pesar de que su partido haya decidido navegar casi solo tras expulsar del Ejecutivo a sus socios de Unió Mallorquina (UM), por los casos de corrupción que han salpicado a varios de sus altos cargos. La secretaria de organización del PSOE balear, Rosa Maria Alberdi, afirmó ayer que Antich asume la dificultad de gobernar en minoría pero que, a pesar de la "pérdida de confianza" en el partido liderado por Josep Meli, espera poder llegar a acuerdos con UM porque parte del pacto de gobernabilidad recoge propuestas de los nacionalistas.

Alberdi afirmó que esperan contar con un PP dispuesto a aportar soluciones y no "solo propuestas catastrofistas", y aseguró además que las elecciones anticipadas son para los socialistas "el último recurso", puesto que supondrían un "parón" que la comunidad no puede permitirse en plena crisis económica. Y añadió que "no es conveniente" que Antich se someta a una cuestión de confianza, como exige el presidente del Partido Popular balear, José Ramón Bauzá.

Ayer mismo, los socialistas baleares y los nacionalistas del Bloc per Mallorca cerraron la propuesta para reorganizar las concejalías que Unió Mallorquina dejó vacantes.

ESPOSADOS Y CUSTODIADOS El juez de guardia de Palma de Mallorca tomó ayer declaración a los seis últimos miembros de UM detenidos en la operación Buitre, que llegaron a las dependencias judiciales de Palma esposados y fuertemente custodiados por la policía. Durante la tarde prestó declaración Miquel Angel Flaquer, expresidente de UM hasta el pasado 22 de diciembre, y el exconcejal de Turismo Miquel Nadal.