Partidarios y detractores del franquismo se enfrentaron ayer a gritos a las puertas del Valle de los Caídos (Madrid). La Federación Estatal de Foros por la Memoria se concentró para pedir la "voladura" de la Cruz que preside el lugar, como gesto de reparación al daño sufrido, y a pocos metros, y como en los últimos años, los nostálgicos del franquismo acudieron a conmemorar el 35º aniversario de la muerte del dictador (1975).

Los antifascistas, que portaban una pancarta con el lema Verdad, justicia y reparación para las víctimas del franquismo , reivindicaron la "voladura" de la Cruz de Cuelgamuros, y exigieron la exhumación de los restos del dictador Francisco Franco, así como del fundador de la Falange, José Antonio Primo de Rivera. Para ellos, la cruz del monumento no es una referencia del cristianismo, "sino del poder franquista".

Los franquistas contestaron a las proclamas de "No pasarán", "España es republicana" y "Madrid será la tumba del fascismo" cantando el Cara al sol y lanzando vivas a Franco.

EVITAR EL CONTACTO Un amplio dispositivo de la Guardia Civil en el recinto impidió que los dos grupos tuvieran más contacto que el intercambio de gritos. Cada grupo permaneció a un lado de la carretera que conduce a San Lorenzo de El Escorial.

Al final, los partidarios de Franco se marcharon y un representante del Foro de la Memoria leyó un comunicado en el que reivindicó "verdad, justicia y reparación para las víctimas del franquismo".

Por la tarde, otro grupo de antifranquistas se manifestó por las calles de Madrid bajo el lema Recupera tu memoria, conquista tus derechos , en un ambiente pacífico aunque bajo una fuerte vigilancia policial. La protesta, convocada por la Coordinadora Antifascista de Madrid, ha concluido en la Puerta del Sol, donde un portavoz ha leído un manifiesto "por la lucha de clases" y ha denunciado "el continuo avance de las ideas fascistas y xenófobas".

Los monjes benedictinos de la Basílica oficiaron, como cada 20 de noviembre, el funeral en conmemoración de la muerte de Franco y Primo de Rivera, aunque en esta ocasión sin la asistencia de fieles por motivos de seguridad, debido a las obras que se están realizando en el interior desde primeros de año.