La decisión del Tribunal Constitucional de anular las dos candidaturas de la izquierda aberzale, Democracia 3 Millones (D3M) y Askatasuna, ha conseguido abrir un foco de confrontación entre el PNV y el PSE. Juan José Ibarretxe no dudó en señalar el interés socialista en "ilegalizaciones a la carta" para hacerse con la mayoría en el Parlamento. Los seguidores de Patxi López replicaron que el lendakari quiere hacer "legales" a los cómplices de ETA.

El primer día de campaña dejó muy clara la veta de la que quiere tirar el lendakari: denunciar que López trata de asegurarse una mayoría para la suma de PSE y PP a base de impedir que la izquierda aberzale tenga representación en la Cámara vasca. Sin decirlo, Ibarretxe sugirió que el aspirante que se presenta como paradigma del "cambio tranquilo" y de un nuevo tiempo político hace trampa a su favor.

NO ES CASUAL La cúpula peneuvista está convencida de que fue el proceso de paz en ciernes lo que en el 2005 llevó al PSOE a dejar pasar al Partido Comunista de las Tierras Vascas (EHAK), mientras que ahora son las cuentas electorales las que han dirigido el proceso de anulación de las listas radicales. De hecho, la izquierda aberzale determinaba una mayoría del nacionalismo vasco en la Cámara que solo permaneció eclipsada durante los gobiernos de coalición entre el PNV y el PSE.

Ibarretxe aprovechó ayer una entrevista en la televisión pública vasca para subrayar que "al quitar una formación política del mercado" los socialistas ponen los medios para que PSE y PP sumen la mayoría (38 de los 75 escaños) para desplazarle de la presidencia del Gobierno.

La acusación indignó a los socialistas vascos, que en los últimos días habían asistido sorprendidos al discurso del lendakari centrado en la lucha contra la crisis y las medidas económicas. Aunque López evitó entrar en el cuerpo a cuerpo, fue el secretario general de Alava y cabeza de lista, Txarli Prieto, el que reprochó a Ibarretxe que eche ahora en falta a quienes no aceptan las reglas del juego. Prieto lamentó el hecho de que, antes que proteger valores democráticos, el lendakari "prefiera satisfacer los apoyos a sus ensoñaciones soberanistas".