Un año después de que ETA reventara la tregua con el atentado de Barajas que segó la vida de dos ciudadanos, Acción Nacionalista Vasca (ANV) insistió el domingo en culpar de la situación al PSOE y al PNV sin una sola referencia a la violencia etarra. Además, contestó a su posible ilegalización advirtiendo de que estará presente en las elecciones de marzo y emplazó a los peneuvistas y a Nafarroa Bai para que hagan algo más que denunciar la ley de partidos.

El histórico partido aberzale recurrió ayer a una multitudinaria puesta en escena que congregó a sus cargos electos y a casi 500 seguidores en Pamplona. El tono solemne del acto quiso trasladar una imagen de fortaleza y determinación para hacer frente a las posibles acciones judiciales que pretendan ponerles fuera de la ley.

"No podrán ilegalizar la independencia", avisó la declaración leída en euskera y castellano por dos de las habituales portavoces, la vizcaína Arantza Urkaregui y la concejala en Pamplona Mariné Pueyo. En un tono victimista, el documento recordó que en las pasadas municipales, ANV obtuvo cerca de 200.000 apoyos a pesar de que muchas listas fueron ilegalizadas. "Nos robaron los cargos públicos", denunció Pueyo antes de añadir que el PSOE prepara su maquinaria "policial, mediática y judicial" contra ANV con el apoyo de sus "amigos de Euskadi" en alusión al PNV y Na-Bai.

No obstante, y a pesar de que no hay ocasión en que la izquierda aberzale no arremeta contra las formaciones que dirigen Iñigo Urkullu y Patxi Zabaleta, también ayer les requirieron para que expliquen públicamente "qué piensan hacer" a fin de que la ley de partidos no se aplique de nuevo, esta vez en su caso.

CONTRA EL PESIMISMO El mensaje de ANV a sus eventuales votantes es que ni Zapatero ni Urkullu conseguirán "quitar de enmedio" a la izquierda aberzale. Tampoco lograrán, dice, reeditar el "fraude" estatutario e "impedir" que Euskadi decida su futuro. Esta declaración trata de combatir el pesimismo que se instala en los sectores aberzales que confiaban en un triunfo de las posiciones más políticas.