Acción Nacionalista Vasca (ANV) asumió ayer, por primera vez, que va a ser ilegalizada en breve. Sus portavoces comparecieron para reconocerlo: "Nos ha llegado la hora". La razón que les lleva a esperar esta decisión judicial es la sucesión de golpes contra la izquierda aberzale en los últimos tiempos, desde el encarcelamiento de la cúpula de Batasuna hasta las últimas sentencias de la Audiencia.

Los miembros de ANV Arantza Urkaregi y Galder Olibares afirmaron que el PSOE ha puesto en marcha "toda su maquinaria judicial, mediática y policial" para ilegalizar el partido en breve y "sea como sea", pero advirtieron de que no va a impedir su "trabajo político". En concreto, acusaron al presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, y al ministro Alfredo Pérez Rubalcaba.

El PSOE es, para el partido aberzale, el único responsable de su próxima ilegalización. "Estamos en la diana", aseguraron los portavoces de ANV, para lamentar a continuación que se esté aplicando una estrategia "de acoso y represión" desde el Gobierno central. De hecho, Urkaregi aseguró que si son proscritos, será por una decisión "absolutamente política". Pese a temer que quedarán fuera de la ley antes de las legislativas, ANV intentó lanzar un mensaje de confianza a sus propios simpatizantes: seguirán en las instituciones para favorecer "un marco democrático en el que todas las opciones, incluida la independencia, se puedan defender".

Urkaregi acusó de "hipocresía" a la clase política vasca y española por pedirles que condenen las últimas acciones terroristas, como el atentado contra la Casa del Pueblo de Balmaseda (Vizcaya), "el mismo día" en que murió una familiar de un preso de ETA en un accidente de tráfico cuando iba a visitarlo a la cárcel de Teruel. Este suceso fue valorado por ANV como una muerte causada por la política "criminal" del PSOE y el PP. También aludió a las "torturas" que afirmó haber sufrido un presunto miembro de ETA en los calabozos de la Audiencia Nacional.

Sin apartarse una coma de su discurso oficial, ANV siguió sin condenar la violencia etarra y se limitó a reiterar que prueba la necesidad de una solución política al conflicto vasco. A quienes reclaman su inmediata ilegalización, Urkaregi les replicó que ANV está legitimada por los votos de sus simpatizantes.