En el comienzo de la que será una semana clave para su futuro político, Acción Nacionalista Vasca (ANV) no consiguió llenar el polideportivo de la Casilla, en Bilbao, donde una de sus portavoces, la edil navarra Mariné Pueyo, anunció que aunque les ilegalicen, el 9 de marzo votarán ANV, lo que supone promover un voto nulo en las legislativas.

La de ayer era posiblemente su última cita pública en un acto político, ya que los representantes del partido comparecerán mañana ante el juez Baltasar Garzón, que podría decidir suspender las actividades del partido. Sin embargo, ni esta previsión ni la que se presume que llegará después, la ilegalización por parte del Tribunal Supremo, consiguió movilizar a la izquierda aberzale como en sus buenos tiempos.

El mitin, muy publicitado durante toda la semana en el diario Gara y con anuncio de autobuses para permitir el traslado hasta Bilbao, se inició con casi media hora de retraso porque a la hora prevista la asistencia no llenaba ni la mitad del pabellón, con un aforo de 5.000 personas. Los convocantes criticaron a todos los partidos, a los que acusaron de querer sacar beneficio de la ilegalización.