La de EHAK debe ser, sin duda, una muestra más de la victoria estalinista sobre Trotsky. Los seguidores de ese partido, reunidos ayer en su primer mitin electoral, evidenciaron que les interesa, si acaso, el comunismo en un solo país, pero que les trae al pairo si la dictadura del proletariado triunfa o no más allá de Euskalherria.

Así son los nuevos comunistas vascos: hay muchos jóvenes, de los de pelo muy corto con mechón cayendo por la nuca, pendiente y jersey de lana, en un remedo casi exacto de la indumentaria clásica del militante de Batasuna. Hay hombres de cierta edad con su inseparable txapela , algunas parejas con bebés y bastantes señoras de las que te encuentras por las mañanas en el mercado. Se pudo ver a algún asistente que llegó en BMW sin aparente desazón.

Folclore

A los nuevos comunistas vascos les gusta el folclore a rabiar. Vibraron con los txalapartaris --virtuosos del rústico instrumento compuesto de bastones--, ovacionaron al bertzolari que, ataviado con chándal rojo y negro, cantó a la libertad con voz ronca y aire de estar de vuelta de todo. El delirio llegó con la danza de ocho jóvenes vestidas de trajes típicos. Sin embargo, se olvidan enseguida de la lucha de clases.

Estos comunistas gritan "independencia" o consignas contra la dispersión de presos etarras, pero las dos únicas banderas rojas con la hoz y el martillo estaban recién estrenadas. Apenas un grito al final, "viva Euskalherria roja y libre", y una cita del Che dieron un cariz revolucionario a la cita, que se cerró con el Eusko Gudariak , himno al soldado vasco.

Antes, cantaron en euskera la Internacional, en pie y con el puño en alto --apréciese en la foto superior que alzaron el izquierdo en lugar del derecho--, y lo peor, echaron mano de chuletas, depositadas en sus asientos a modo de misales. Todo ha sido tan precipitado para EHAK que aún no les ha dado tiempo de aprenderse aquello de "arriba parias de la tierra, en pie famélica legión...".