Era la primera vez que el Congreso podía discutir con luz y taquígrafos si las actividades privadas de los diputados son compatibles con su tarea parlamentaria y, sin embargo, ningún grupo político quiso tomar la palabra para debatir públicamente al respecto. Todos optaron ayer por la vía rápida y votaron a favor del dictamen sobre las tareas declaradas por unos 40 diputados. Solo se registraron ocho abstenciones, entre ellas las del grupo de ERC-IU-ICV.

La transparencia en este tipo de dictámenes, que hasta ahora se debatía y votaba a puerta cerrada, incluye también la publicación de las actividades privadas de los parlamentarios en la página web del Congreso. El diputado del PP Vicente Martínez Pujalte pidió al presidente del Congreso, José Bono, que se votara en secreto. Bono tuvo que recordarle la reciente reforma del reglamento.