El coordinador de Aralar, Patxi Zabaleta, aseguró ayer, a raíz de la expulsión de ETA de Francisco Mujika Garmendia, Pakito , y otros cinco presos por pedir el abandono de las armas, que la reivindicación es "mayoritaria" entre los etarras reclusos.

Zabaleta comentó que esta oposición mayoritaria que a su juicio existe entre los presos de ETA al mantenimiento de la violencia "se pondría en evidencia" si los reclusos no estuvieran dispersados, ya que la dispersión "se ha tornado al final en una medida en contra de aquellos objetivos por los cuales pretendidamente se inició".

La dispersión, explicó Zabaleta, "impide el debate entre los presos y la confrontación ideológica". "Estamos convencidos de que, si estuvieran en las cárceles del País Vasco y Navarra, la mayoría del conjunto de los presos se inclinaría claramente por las ideas y las conclusiones que han defendido estos seis presos", defendió.

Ante la expulsión de los presos de la banda, el Gobierno, a través de la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, evitó valorar la medida e insistió una vez más en que "sólo espera de la banda terrorista que abandone definitivamente las armas y la violencia". Un mensaje que también llegó desde las filas populares. El portavoz del partido en Euskadi, Leopoldo Barreda, lamentó que ETA siga "con lo mismo que ha hecho en los últimos 40 años" y auguró que el fin de la banda llegará "con la actuación, voluntad y perseverancia de la sociedad democrática".

SIN VUELTA ATRAS José Antonio Pastor, portavoz de los socialistas vascos en el Parlamento vasco, lamentó que la organización terrorista no haya entendido que su final "es un proceso sin vuelta atrás y que la única posibilidad que tiene de mejorar su situación es abandonar la lucha armada". "La banda terrorista todavía no está suficientemente madura" para dejar las armas, lamentó Pastor.

Desde Izquierda Unida, el coordinador general del partido, Gaspar Llamazares, emplazó ayer a Batasuna a que "secunde" el movimiento crítico que tiene lugar dentro de la organización.

También reaccionó Esquerra Republicana, cuyo portavoz parlamentario, Joan Ridao, apuntó que en el seno de ETA "se imponen las tesis más duras y más contrarias al dialogo, y por lo tanto al fin de la violencia".