El pasado mes de noviembre un misterioso y desagradable olorse apoderó de Barcelona. Mucha gente se miraba la suela de los zapatos pensando que había pisado algo. El olor, finalmente, se fue igual que había venido y nadie pudo aclarar del todo de donde provenía. Esa misma sensación se vive desde hace tiempo en los cuarteles generales del PP de toda España. El aroma de corrupción está merodeando a la cúpula del partido, un olor cada vez más penetrante. Los escándalos se han intensificado en las dos últimas semanas alrededor de Rita Barberá y Esperanza Aguirre. Aunque sus tacones siguen de momento tan limpios como los de la exalcaldesa valenciana, la 'lideresa' del PP de Madrid ha decidido volver a colgar las botas.

Gürtel, Brugal, Bárcenas, Púnica, Ritaleaks, Taula, Palma Arena, Acuamed... son solo algunos de los casos que asolan al partido por casi toda España. El olor a corruptela acompaña al PP desde Galicia a Melilla, pasando por las Islas Baleares de Jaume Matas, Canarias, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Murcia, Andalucía, Melilla y Madrid. Catalunya, donde solo mandan en la alcaldía de Pontons, es de las pocas zonas en las que no tienen imputados. Por contra, en Valencia es donde más causas judiciales en su contra acumulan. La situación en su antiguo feudo se ha agravado sensiblemente después de la detención, el pasado 26 de enero, de 24 personas en laoperación Taula, lo que provocó que todos los concejales y asesores del grupo municipal popular en el Ayuntamiento de Valencia estén imputados.

INDIGNACIÓN POPULAR

El malestar es creciente, como se pudo comprovar hace una semana, cuando más de 3.000 personas salieron a la calle para manifestarse contra la corrupción por el centro de la capital valenciana. "La corrupción, como la paella, en ningún sitio como en Valencia", se podía leer en uno de los carteles. Por eso Compromís registró el jueves ante la Fiscalía Anticorrupción un escrito pidiendo la ilegalización del PP. La coalición valenciana reclama su ilegalización por "incumplimiento de la ley de partidos políticos", al entender que los casos de corrupción que lleva protagonizando la formación "no son aislados", sino que responden al "crimen organizado" puesto que son"constantes" y "reiterados". En la lista presentada por Compromís había 219 nombres de dirigentes y miembros del PP imputados o incluso ya condenados por corrupción.

Horas después de que la coalición cursara esta petición, agentes de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil entraban en la sede del PP de Génova para llevarse el portátil del exgerente regional del PP en Madrid, Beltrán Gutiérrez Moliner. Aguirre salió entonces a las puertas de la sede regional (que el juez Ruz acreditó que se había reformado con dinero negro) para asegurar que "no ha habido, que yo sepa, ningún tipo de financión ilegal". Tan solo tres días días después la presidenta del PP de Madrid dimite por segunda vez después que en el 2012 dijese que abandonaba la política. Algo inaudito en un país donde dimitir suena a nombre ruso. Un gesto que contrasta con el de Barberá, que sigue negándose a renunciar a sucondición de aforada que le da su cargo de senadora. Y mientras el aroma, lejos de remitir, aumenta día a día junto con la indignación de la ciudadanía.