Concebir una estación de autobuses para Casar de Cáceres y un aparcamiento, también para buses, en Guadalupe le ha proporcionado al arquitecto Justo García Rubio (1948) el Premio Extremadura a la Creación Artística, excluidas las literarias, producida por un autor extremeños, dentro o fuera de la región, en el año 2002.

Para Casar, el arquitecto extremeño sopesó el entorno, pensó en el hormigón blanco, en el colegio y la guardería cercanos, y en los sueños y la libertad de los vecinos; así, "nació una lámina de hormigón blanco, que cubre todo el programa funcional en un solo gesto. El proyecto de Guadalupe es una gran cubierta que por las condiciones topográficas se convierte de manera natural en un espacio público desde el que se desciende a coger los autobuses, soportada por un arco inclinado de gran luz que se cae y lo apuntalamos con las vigas al muro existente del terreno. El arco libera todo el solar consiguiendo un gran espacio libre de obstáculos", describe el arquitecto.

Justo García se tituló como arquitecto por la ETSA de Madrid y en 1984 abrió su estudio en Cáceres, a pesar de las oportunidades de trabajar fuera de la región, pero asegura que, entre otros motivos, optó por Extremadura porque el contacto con la naturaleza resulta enriquecedor por lo que de ella absorbe, aunque reconoce los problemas que impiden el pleno desarrollo profesional, que repercute en su obra.

Su pasión por la arquitectura se la transmitió su profesor Sáenz de Oiza y esa emoción le lleva a idear sus obras incidiendo en la técnica, la estructura y la forma, y para conseguir esta combinación dirige su mirada "a todos lados tras una idea poética que le dé vida al todo. La forma habrá recibido las características del contexto si éste se ha observado adecuadamente".

García Rubio busca con sus obras la medida humana porque van dirigidas a la emoción, al espíritu del hombre: "Un rascacielos te emociona igual que una casa japonesa", precisa al explicar qué entiende como medida humana, pero consciente de que el ciudadano se halla más cercano de la arquitectura que de otros artes porque es directa y la entiende por su uso.

Evalúa la arquitectura que se hace en Extremadura y reconoce que existen edificios que nunca tuvieron que construirse, edificios que nunca tuvieron que tirarse, "una generalidad gris, hasta un grupo no muy amplio de organismos, funcionarios de la administración y arquitectos, que con sus decisiones y su dedicación tratan de crear edificios que serán el patrimonio de las generaciones futuras".

Justo García Rubio es el arquitecto del edificio del Inem de Cáceres, de la ampliación de un centro escolar en Cabezuela del Valle y trabaja en el proyecto de la hospedería de Alcántara.