Agentes de la brigada de información exterior de la policía detuvieron el jueves en el puerto de Melilla a Rachid Mohamed Kaddur, de 35 años, por su presunta implicación en los atentados del 11-M. El sospechoso, nacido en Melilla, fue arrestado nada más bajar del barco que realiza la travesía entre Málaga y la ciudad autónoma.

Los agentes seguían a Mohamed Kaddur por haber participado junto con Rachid Benduda, alias Rachid el Gordo , --detenido el día 2 en el barrio madrileño de Lavapiés-- en una reunión con Abdennabi Kunja la víspera de los atentados. Kunja, alias Abdalá, es uno de los siete activistas muertos en el piso de Leganés.

El detenido residía en Madrid desde 1987 y se dedicaba a la venta de ropa al por mayor. Tras prestar declaración en las dependencias policiales de Melilla, fue trasladado ayer por la tarde en un vuelo directo a Madrid, donde pasará a disposición de la Audiencia Nacional.

Ayer, la familia de Mohamed Kaddur aseguró que nunca ha estado relacionado con el terrorismo y no práctica la religión musulmana. Su hermano Hamed dijo que sus costumbres son "occidentales" y que "le gustan las cervezas y los porros; de hecho, el coche en el que venía tiene el cenicero lleno de colillas de porros".

Este familiar se mostró sorprendido por la detención y señaló que "viene a Melilla dos veces al año, cuando acaba la temporada de venta de ropa, y por eso nos da rabia que digan que huía". También aseguró que ni vivía con Benoduda ni tenía relaciones con ningún integrista. "El no tiene nada que ver con Al Qaeda, ni con Irak ni con Afganistán, él es un chico tranquilo que conoce a todo el mundo, incluso a los chinos de Lavapiés". El hermano del arrestado se quejó de que la policía no haya permitido a ningún miembro de la familia hablar con el detenido e insistió en que "le pueden llamar de todo, menos terrorista; ninguno de los nueve miembros de la familia tiene antecedentes penales".

INTERROGATORIO El juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo interrogó hasta la pasada madrugada a los cuatro miembros de la familia Musaten, arrestados el pasado martes, por haber alojado en su domicilio a Mohamed Afalah y Abdelmajib Buchar, quienes huyeron tras la explosión del piso de Leganés, el 3 de abril del 2004.