Inés Arrimadas dio por inaugurada ayer una nueva página en Ciudadanos tras cerrar en la V Asamblea General la etapa de Albert Rivera, y lo hizo reconociendo los errores que desembocaron en el desastre del 10-N, pero con la confianza en recuperar al electorado perdido con un partido que sale «más unido y fuerte que nunca». «Podemos tener un proyecto invencible que vuelva a ilusionar a todos los españoles», dijo la presidenta de Cs en este congreso telemático que se cerró ayer tras cuatro días de trabajos.

La V Asamblea General de Ciudadanos se celebró telemáticamente desde el jueves pasado hasta ayer, cuatro días en los que más de 500 compromisarios debatieron sobre los Estatutos y la estrategia política del partido, y definieron el nuevo rumbo bajo el liderazgo de Inés Arrimadas, cerrando definitivamente la etapa de Albert Rivera. Este congreso extraordinario se convocó a raíz de la dimisión de Rivera, que, tras presidir Cs durante trece años, dimitió el día posterior al batacazo en las generales.

Arrimadas pretende ahora aportar un sello propio en la estrategia, donde ha habido un giro respecto a la etapa de Rivera. De negarse a pactar con Pedro Sánchez y escoger al PP como socio preferente, a instar al PSOE a aliarse con Cs y con los populares para que no pactase con Unidas Podemos. Una de sus primeras decisiones en esta etapa ha sido el apoyo al estado de alarma. Aunque ayer, Arrimadas no avanzó el voto de su partido para la nueva prórroga, pero sí adelantó que seguirán apoyando el interés general. Pero advirtió que «al Gobierno se le están acabando las oportunidades de demostrar que realmente quiere consensuar algo con la oposición».

SELLO PROPIO / En apenas quince minutos de intervención, mencionó varias veces los errores cometidos, pero también recalcó que ninguna otra fuerza política ha pagado tanto esas equivocaciones: «Las hemos pagado en las urnas y las hemos pagado con dimisiones sin precedentes».

Al contrario que Albert Rivera, que se refirió a ella de refilón y solo para desearle «suerte y acierto» en la inauguración de la asamblea, ella sí tuvo palabras de elogio hacia el que fuera líder de Cs desde el 2006, al subrayar, entre otras cosas, que fue «un hombre de Estado, un valiente que supo empezar este proyecto».

LOS CRÍTICOS / El sector crítico, liderado por Francisco Igea, que perdió las primarias contra Arrimadas, esperaba un esfuerzo de integración en el nuevo Consejo General, que no fue posible pese a los intentos por conseguir una representación, aunque fuera mínima, en el máximo órgano político de Cs entre asambleas.

De este modo, representantes de esta corriente aseguraron que Arrimadas ha renunciado «a construir un partido plural», quejándose de que pidan a Pedro Sánchez un diálogo en esta crisis del covid-19, pero rechacen «ese diálogo a nivel interno», aseguraron. Arrimadas defendió los valores «intactos» de Ciudadanos en esta nueva etapa que, a su juicio, mantiene el rumbo de ser un partido «de centro, moderado y progresista» y que cuenta con todos los elementos para seguir creciendo y «volver a ilusionar a millones de personas».

E insistió en que Cs debe ganarse «la confianza de los españoles» y «no defraudarles», apelando a quienes se consideran «de centro, liberales, moderados, reformistas y quieren progreso».

El sábado, la V Asamblea General aprobó la nueva estrategia de Cs, que resitúa a la formación naranja en el centro tras el «veto».

Asimismo, fueron avalados los nuevos estatutos del partido que, si bien dan más cancha a la militancia, mantienen a Ciudadanos como una fuerza política muy controlada desde Madrid.

La enmienda a la totalidad a la propuesta de Estatutos que defendió Igea para acabar con el «hiperliderazgo» y hacer posible que las bases eligieran a los portavoces autonómicos y provinciales, fue rechazada con más del 90% de los sufragios. Un resultado esperable teniendo en cuenta la composición de la Asamblea en la que una gran mayoría de los 506 compromisarios eran afines a la nueva Ejecutiva. El portavoz de Ciudadanos en el Parlamento Europeo, Luis Garicano -que también cuestionó la estrategia de pactos de Rivera-, celebró que Arrimadas se haya comprometido a guiarse solamente por «el interés general».