Xabier Arzalluz dejó ayer abierta la posibilidad de realizar actos conjuntos con Batasuna como muestra del "apoyo moral" del PNV a la formación de Arnaldo Otegi que, en su opinión, ha sido "víctima" de una "injusticia" y un "grave atropello jurídico" al ser suspendida de actividades.

Aunque el presidente de los peneuvistas recalcó que a su partido no le gustan los "actos comunes" con Batasuna, admitió la posibilidad de hacer una excepción y convocarlos.

Las ambigüedades del líder del PNV reflejan que Arzalluz se ha crecido ante las múltiples críticas que populares y socialistas le han dirigido desde que el domingo comprometiera la disposición de su partido a dar "apoyo moral" a Batasuna para que pueda presentarse a las próximas elecciones municipales.

ATROPELLO

Remiso a concretar de qué manera expresará el PNV su apoyo a la formación aberzale, Arzalluz dejó claro que no será "dando votos". Y citó como ejemplo de su ayuda a los seguidores de Otegi la rueda de prensa en la que, junto a otros dirigentes peneuvistas, denunció que el proceso para ilegalizar a Batasuna es el "mayor atropello que han visto los siglos en materia jurídica".

Arzalluz arremetió contra los impulsores de la ilegalización de Batasuna y acusó a los "poderes del Estado" de haber "tomado el mejor camino para que ETA continúe actuando". Aventuró que dejar sin opción de voto a 150.000 personas y sin partido a los 20.000 miembros de la formación que lidera Arnaldo Otegi es el "mejor caldo de cultivo para la violencia".

ADMIRADO POR EL PP

El presidente del PNV confesó por primera vez que le "admira" la capacidad del Gobierno del PP para lograr que la "lógica" animadversión social contra ETA se identifique ya con el nacionalismo vasco democrático. "Hoy para muchos ciudadanos españoles, el PNV no es diferente a ETA", lamentó, para recalcar que su partido defiende "principios democráticos elementales". Y advirtió de que la persecución que hoy se orienta hacia unos, en este caso hacia Batasuna, "mañana viene para otros".

DEMOCRACIA DETERIORADA

Arzalluz reconoció que se le pone "la carne de gallina" cada vez que escucha apelaciones a la unidad de los demócratas, "porque si esto es democracia, está muy deteriorada". El PNV descalificó al Tribunal Constitucional como órgano "politizado" y pidió la dimisión de su presidente, Manuel Jiménez de Parga, por renegar de las comunidades históricas.