Tal y como estaba previsto, Josu Jon Imaz fue confirmado ayer como nuevo presidente del PNV por 41 de los 71 delegados con derecho a voto en la 4 Asamblea General del partido. Poco antes, y "por unanimidad, aclamación y aplauso", quedó aprobada la ponencia política que marca la pauta a seguir en los próximos cuatro años y que ha sido elaborada por los dos dirigentes que ahora abandonan la dirección peneuvista, Xabier Arzalluz y Joseba Egibar.

Ambos protagonizaron ayer su última comparecencia juntos, a puerta cerrada. Primero, ante los delegados; después, ante los medios de comunicación. Arzalluz aprovechó para advertir de que habrá que afrontar, según él, la coyuntura de "involución democrática" con "la resistencia y al contrataque".

OMISION El cónclave se desarrolló según el guión previo y sin que durante su desarrollo se dejara traslucir la convulsión interna con la que el PNV ha vivido durante los últimos meses el pulso por la sustitución de Arzalluz.

Arzalluz mantuvo su desapego por su sucesor, refiriéndose a Imaz como "el nuevo", "el que viene", en vez de mencionarle por su nombre.