La violencia callejera volvió en la madrugada de ayer a Euskadi. Unos desconocidos atacaron con una bomba de fabricación casera unas oficinas del Gobierno vasco en Vitoria. El artefacto, compuesto por una pequeña bombona de camping gas, un cohete y un aerosol, estalló poco antes de las tres de la madrugada en las puertas del Instituto Vasco de Seguridad Laboral y apenas ennegreció la fachada, aunque el fuego hizo saltar todas las alarmas y causó momentos de temor entre el vecindario.

El Departamento de Empleo condenó el ataque y advirtió de que este tipo de acciones solo sirven para "entorpecer" el proceso de paz. También EB-IU y EA insistieron en la misma idea, recordando que la "ausencia total de violencia" es imprescindible para que se produzcan avances hacia el diálogo político que pueda resolver el problema vasco. El PP, por su parte, acusó al PSOE de intentar "minimizar" los actos violentos en el País Vasco.

Ayer mismo, el PP denunció que su concejal en el municipio guipuzcoano de Astigarraga, Javier Moreno, fue insultado y zarandeado a última hora del viernes tras un tumultuoso pleno en el que se debatió una iniciativa contra la incineradora de residuos promovida por una plataforma ilegalizada en las pasadas elecciones municipales.

La presidenta de los populares de Guipúzcoa, María José Usandizaga, responsabilizó de la agresión a "elementos próximos al mundo de Batasuna-ETA", y agregó que la actitud de quienes arremetieron contra el edil demuestra que todavía existen "colectivos" que persisten en la "misma estrategia" de amenazar a las "voces discrepantes".