El párroco de Trucios (Vizcaya), Pablo Villaroel, sufrió el pasado fin de semana el ataque de los violentos por formar parte de la lista del PSE en el municipio de Leioa. Su vehículo apareció con las ruedas pinchadas y pintadas como "muerte al clero" e "hijo de puta del PSE".

Villaroel, que aseguró que la amenaza no le va a hacer reconsiderar su decisión, es uno de los cuatro sacerdotes vizcaínos que el día 14 confirmaron su intención de completar listas del PSE y del PP como un acto de solidaridad con los amenazados. El cura, ordenado hace cuatro años, reconoció que lo sucedido le había impresionado, pero recalcó que no modifica una decisión "de conciencia" porque ya habían considerado que estar al dado de los "perseguidos" supone asumir sus "riesgos".

El alcalde de Trucios, Juan Hernandorena (EA), apoyó al párroco y confirmó que hoy reunirá a la Junta de Portavoces para condenar el acoso.