54 personas han sufrido heridas leves tras la explosión esta madrugada de un furgoneta bomba cerca de la casa cuartel de la Guardia Civil de Burgos, donde la explosión ha dejado un gran cráter en el suelo y ha afectado a las 14 plantas del inmueble.

El atentado ha producido sobre las cuatro, sin previo aviso, han explicado fuentes de la investigación, que tratan de confirmar si como creen ETA es la autora, ya que la forma de actuar de la banda terrorista suele conllevar una llamada de alerta antes del estallido.

Las Fuerzas de Seguridad del Estado (FSE) estiman que la furgoneta podría estar cargada con 80 kilos de explosivos.

Tras la explosión, ocurrida en la parte trasera del cuartel, en concreto en la calle de Jerez, se han desplazado al lugar del siniestro miembros del Cuerpo Nacional de Policía, la Guardia Civil, y la Policía Local, que han acordonado la zona hasta una distancia de unos 200 metros.

Atención de los heridos en la calle

Las asistencias sanitarias dispensaron atención a los 46 heridos en el lugar del suceso, en primer lugar, y posteriormente algunos de los lesionados fueron trasladados a la Residencia de Oficiales de la Guardia Civil y al polideportivo de la Policía Local, situado muy cerca de la Casa Cuartel, han explicado fuentes del Servicio de Emergencias 112.

De los 46 heridos, seis son niños y dos son mujeres embarazadas, mientras que más de la mitad, 27, son personas que residían en dicha Casa Cuartel.

De estos 27 heridos, 13 son mujeres, nueve hombres y cinco niños.

También algunos fueron conducidos al Hospital General Yagüe, sobre todo afectados por contusiones y cortes leves, mientras el Grupo de Intervención Psicológica en Desastres y Emergencias también presta atención a las familias.

27 residentes en la casa cuartel

En concreto, de los 46 lesionados que ha causado la explosión 27 residen en la casa cuartel, de los cuales 13 son mujeres, 9 hombres y 5 niños, han informado a EFE fuentes de la Guardia Civil.

La carga explosiva ha sido "muy importante", aunque todavía no se puede precisar la cantidad, pero sí se puede apreciar que ha dejado un "gran cráter" en el suelo, ha explicado el delegado del Gobierno en Castilla y León, Miguel Alejo, quien se ha desplazado al lugar del siniestro, al que también ha acudido el presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, natural de Burgos.

"Buscaban el mayor daño posible"

Alejo, quien ha asegurado que los terroristas pretendían "hacer el mayor daño posible", ha confirmado que han aparecido algunos restos del vehículo utilizado como coche bomba, al parecer una furgoneta, aunque "todavía no se puede determinar qué tipo de vehículo es, porque esta completamente destrozado".

Miguel Alejo ha señalado que en las próximas horas se pondrá en marcha una oficina para atender a todos los afectados y ha reiterado que las Fuerzas de Seguridad del Estado investigan para detener a los autores del atentado.

Inquilinos de vacaciones

Vecinos de la casa cuartel de la Guardia Civil de Burgos han lamentado los grandes daños que han sufrido sus casas y han opinado que se ha evitado mayor número de afectados porque muchas personas están de vacaciones.

Un joven de unos 14 años, hijo de un guardia civil, se ha despertado al escuchar un "fuerte golpe", ha relatado el menor. Se ha bajado de la cama, al poner los pues en el suelo ha visto que faltaba parte de un muro del edificio y parte del suelo y se ha palpado pensando que le había pasado algo.

Niños llorando

Afortunadamente, sólo ha sufrido un arañazo en la cara, ha podido salir por su propio pie, y tiempo después ha pedido un móvil a un periodista que estaba en la zona y ha llamado a sus familiares, en medio de la situación de confusión en que se encontraba el menor.

La Avenida de Cantabria, donde se produjo la explosión, en concreto en la parte trasera de la casa cuartel destinada a residencia que da a la calle Jerez, ha sido escenario de niños llorando debido al susto y otras expresiones de pánico.

Vecinos desalojados

Los vecinos del número 85 de la avenida de Cantabria han sido desalojados de sus viviendas, aunque algunos de ellos ya habían bajado antes a la calle ante el temor de que el edificio pudiera sufrir algún daño importante porque parte de la fachada tiene grandes desperfectos.

Incluso desde la calle se puede ver el interior de muchas de las casas, entre ellas un salón y una habitación infantil de un piso cuyos habitantes se encontraban fuera, de vacaciones.

Muchos de los residentes en la zona han opinado que el hecho de que hubiera un buen número de personas de vacaciones ha podido evitar daños mayores.

En el lugar del suceso, un equipo de bomberos de Burgos ha estado retirando alguna partes de fachada y sobre todo ventanales para evitar el riesgo de que caigan a la calle, que continúa acordonada.