El PP no está en su mejor momento, pero tampoco el PSOE. El estudio revela un fuerte sentimiento de disgusto de la opinión pública, que valora muy negativamente la situación política española. Ese malestar se traduce en un gran incremento de la desconfianza hacia las dos fuerzas. Y en críticas a la gestión del Gobierno del PSOE y a la tarea de la oposición del PP. Tampoco sus líderes salen bien parados: tanto Rodríguez Zapatero como Rajoy sacan peores notas y el presidente del Gobierno español aparece por debajo del aprobado, la nota más baja desde el año 2000.

De hecho, todos o prácticamente todos los indicadores están entre los peores de los últimos 10 años. Por una parte, a causa de la situación económica, que preocupa y padece buena parte de la ciudadanía y, por otra, por el enrarecimiento de la vida política a causa de los presuntos casos de corrupción y de espionaje que afectan al PP. Ambos son conocidos por buena parte de los españoles, y pese a que la mayoría cree que las informaciones aparecidas en torno a la investigación del juez Baltasar Garzón son creíbles, más de la tercera parte las pone en duda. Bastantes relacionan estos casos con problemas internos del PP, y no faltan quienes piensan que todo ello es un montaje para descalificar al PP. Según los españoles, Rajoy es quien puede salir más mal parado, pero no está claro cuál de los líderes populares puede salir ganando. De momento, Gallardón es quien los entrevistados creen que puede salir más reforzado.

El escenario electoral indica que tanto los socialistas como los populares retroceden. El PSOE volvería a ganar, pero por una diferencia inferior a la de hace un año: si entonces los socialistas ganaron por casi cuatro puntos, hoy lo harían por 2,5 y la diferencia de escaños entre ambos se reduciría. ¿Quién ganaría? Especial y significativamente, la UPD de Rosa Díez, mejor valorada que Rodríguez Zapatero, que más que triplicaría sus votos y escaños. En definitiva, la situación actual que vive el PP y la crisis económica se traducen en un escenario electoral que cambia poco para los dos grandes. Las citas electorales vascas, gallegas y europeas son el primer examen para medir la fuerza de cada uno.