El exjefe de urgencias del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, Javier Ortíz, aún recuerda con dolor la mañana del 11-M. "Aún no he podido olvidar a los familiares que venían a buscar a los suyos", dice. Tras reconocer que se siente orgulloso por la respuesta del centro, que atendió a 312 víctimas, admite que el hospital no ha realizado ningún simulacro.

"El atentado ocurrió cuando el hospital empezaba a trabajar", subraya. Pero se pregunta ¿Qué habría pasado si hubiera sido a la una de la tarde, con todos los quirófanos ocupados y las urgencias con su ritmo habitual? Por ello, reclama que se cree un centro de mando único para enfrentarse a este tipo de desgracias o a otras como ataques químicos.